XXXI JORNADAS MADRE TERESA

 

            El pasado 11 y 12 de febrero celebramos las XXXI Jornadas de la Madre Teresa bajo el lema No lo hice yo sola. Unas jornadas sin duda especiales, pues más allá del contenido, marcaron la vuelta a ese encuentro presencial que todas estábamos deseando. La cita fue en el Colegio Mayor Santo Domingo y en la Casa Madre, Granada para quienes pudimos encontrarnos físicamente, con la ventana digital abierta para nuestras hermanas fuera de España, laicos, profes y demás amigos que quisieron sumarse a esta cita.

            Este año las intervenciones giraron en torno a la sinodalidad, a la escucha (tanto del espíritu como del mundo en que vivimos), a la invitación de evitar la auto referencialidad, y sobre todo a hacer camino juntos. Cristina Antolín, nuestra priora general, en su saludo inicial nos lanzaba algunas preguntas para enfocar nuestra atención: ¿Somos capaces de caminar con otros cuando los otros son diferentes? ¿somos capaces de abrir nuestra tienda? ¿somos capaces de salir de nuestras comodidades para hacer camino juntos?

            Tuvimos oportunidad de escuchar a Rafael Vázquez Jiménez, sacerdote de la diócesis de Málaga, quien nos habló sobre la Sinodalidad como expresión de la comunión de la Iglesia y también sobre un estilo sinodal de ser Iglesia, ambas cuestiones que no siempre nos resultan evidentes. La tarde del sábado nos ofreció una riquísima mesa redonda en la que tuvimos oportunidad de escuchar y compartir diferentes testimonios de sinodalidad en nuestra Iglesia de la mano de Paula Vega, misionera digital de la diócesis de Málaga; Leonardo Areiza, sacerdote de la diócesis de Medellín, Colombia; Clementina Tostón Prieto, hermana misionera en Barlovento, Venezuela; y Carmen Calama, laica dominica en Madrid y voluntaria en nuestra misión de Martí, Cuba. Sus intervenciones dejaron muy buen sabor de boca y sobre todo sensación de apertura, de complementariedad y de testimonio vivo de lo que la misión compartida – sinodal – significa.

            El domingo por la mañana, nuestra hermana Olga González, desde Colombia, compartió con nosotros una charla sobre Teresa Titos y la comunidad, su sentido de la sinodalidad, a través de la que pudimos recordar ese sentido tan amplio de sinodalidad que caracterizó la vida y misión de la Madre Teresa y que estamos llamadas a continuar, escuchando con atención a los signos de nuestros tiempos.

            Finalizamos el encuentro compartiendo la Eucaristía y llevándonos todo lo vivido como una gran oportunidad para sacar lo mejor de cada una de nosotras, de valorar a cada quien por quien es, escuchando, compartiendo, y en definitiva, poniéndonos en camino – al estilo de la Madre Teresa – en el proceso sinodal de la Iglesia.